martes, enero 30, 2007

Atila el Huno


Por Will Cuppy

Atila el huno fue una plaga terrible, pero no la única que ha existido. No debemos culparlo por todos nuestros problemas porque la mayoría de ellos son culpa nuestra, y mientras más rápido nos demos cuenta, mejor. Incluso se le ha acusado de ser la causa de la caída de Roma cuando en ese momento ni siquiera andaba por ahí. Olvidé exactamente por qué cayó Roma. Probablemente fue una de esas cosas que pasan[1].

Los hunos fueron nómadas asiáticos que invadieron Europa montados en caballitos sarnosos en el siglo cuarto d.C. y dieron inicio a una ola de crímenes[2]. Se les ha identificado como los Hiung-nu, una tribu extranjera que ocupó Mongolia durante el reinado de Shi-Hwang-ti, pero comienzo a dudarlo[3]. Se la pasaban cabalgando de un lado al otro en busca de pastos y algo que saquear y rapiñar, y lo hicieron durante tanto tiempo que ya no pudieron detenerse.

Los hunos eran criaturas horribles. Se achataban las narices con tablas y vendajes y en su juventud se hacían cicatrices en la cara de manera que no tuvieran que afeitarse. El tiempo que ahorraban en no afeitarse lo dedicaban a aplastarse las narices. En ocasiones un hombre y una mujer hunos se enamoraban y se casaban, y todo el mundo se preguntaba qué habrían visto el uno en el otro.

Vivían de la carne y la leche de yegua y se vestían con las pieles de ratones de campo. Los hunos eran más pequeños que la mayoría de la gente y los ratones de campo eran más grandes que hoy en día[4]. Cuando se les preguntaba quiénes eran, replicaban con algo que sonaba como el relincho de un caballo, y se creía que intentaban decir que eran los hunos, o posiblemente Hiung-nu. Los romanos decían que los hunos no eran humanos, lo que es parcialmente cierto. Como en cualquier otro grupo de personas, algunos eran humanos y otros no[5].

Cuando los hunos llegaron por primera vez a Europa, subyugaron a los alanos y los hérulos, luego se metieron con los ostrogodos y los visigodos, teutones simples y desmañados que había estado llevando una vida fácil. Un día obligaban a los ostrogodos a cruzar el Danubio y al día siguiente los forzaban a cruzarlo de vuelta. Luego entraban en su campamento y les achataban las narices. Los ostrogodos y los visigodos eran tan parecidos que a un profano le resultaba imposible distinguirlos, y si lo conseguía, qué hacer con los asdingos, los silingos y los gépidos, por no mencionar a los anglos, los sajones, los jutos y los lituanos. Nombre tres artículos de exportación importantes de los gépidos. Nombre uno.

Atila era el hijo de Mundzuk el Feo, rey de los hunos. Nació en algún sitio de los Balcanes alrededor del 395 d.C.[6]. De niño era tan horrible que su madre no sabía qué hacer. Pensó que cuando creciera se arreglaría, pero mientras más le achataba la nariz peor aspecto tenía. A la edad de seis años ganó el Campeonato Nacional de Muecas. Lo adivinaron —él no competía.

A la muerte del rey Rugila, que había sucedido a Mundzuk, Atila y su hermano Bleda asumieron conjuntamente el mando de los hunos en el año 433. Pronto Atila tuvo en un puño a los rugios, los ostrogodos y los gépidos[7]. El imperio huno se extendió desde aquí hasta allá y las cosas fueron sobre ruedas durante casi veinte años. Quiero decir, para los hunos. Cada vez que Atila miraba de reojo a las tribus, éstas lo dejaban caer todo y echaban a correr[8]. Luego Atila agarraba lo que podía.

Una de las principales fuentes de ingreso de Atila era Teodosio II, el emperador romano del Oriente[9].

Teodosio, un alma tímida, había oído tanto sobre los hunos que les pagaba bien para que se mantuvieran alejados de Constantinopla. Al primer atisbo del perfil de Atila, dobló la cantidad del pago anual, subiéndolo a setecientas libras de oro. Unos años más tarde, cuando Atila hizo nuevas muecas, Teodosio se avino a darle tres veces más y un plus de seis mil libras si nunca regresaba. El sucesor de Teodosio se negó a continuar con ello, pero el amor siempre encuentra un modo.

Parece que Atila recibió una carta de Honoria, hermana de Valentiniano III, emperador romano de Occidente, pidiéndole que viniera a Italia y la sacara de un problema. La habían atrapado de manos con Eugenio, su mayordomo, y sus parientes, que estaban empeñados en que ella no se divirtiera, la sentenciaron a que se casara con Flavio Baso Herculano, un senador entrado en años con un carácter espléndido y medio paralítico.

Aunque algo retozona por naturaleza, Honoria era más bien fea y sufría de histeria producto de una visita forzada a Constantinopla con la piadosa hermana de Teodosio II y algunas otras jóvenes interesadas en las plegarias, los ayunos y las vigilias, todas dedicadas a la virginidad perpetua[10]. Se imaginaba que el matrimonio con Flavio sería algo parecido y no podía soportarlo[11].

Atila ya tenía trescientas esposas, pero decidió que en cualquier caso igualmente podía chantajear a la familia de Honoria y limpiar las arcas de Occidente, ahora que el Oriente ya no iba tan bien. Dado que ella le había enviado un anillo con la nota, él decidió que era un propuesta de matrimonio y reclamó a Honoria como su prometida junto con la mitad del territorio que gobernaba Valentiniano como dote. Fue rechazado, justo como esperaba.

Así que Atila invadió la Galia en 451 d.C. con un ejército de rugios, esciros, ostrogodos y qué sé yo qué más, saqueando, violando y quemando a su paso[12]. Fue derrotado en Châlons por Aecio, un general romano, y Teodorico, rey de los visigodos[13]. Atila regresó al año siguiente, aún mascullando que estaba prometido con Honoria y que no permitiría que la maltrataran. El Papa León el Grande se encontró con él a las puertas de Roma y le dio una buena charla, y Atila regresó directamente a su casa en el país de Drácula y eso es todo. El intento de Honoria de llevar su propia vida fracasó[14]. La encerraron por el resto de sus días.

Lo que León el Grande le dijo a Atila para que él recogiera y se marchara tan rápido no se ha hecho público. Tengo la teoría de que un tercero, acaso Valentiniano, le pasó disimuladamente todo el oro que pudiera transportar, tanto que podría considerarse como la dote de Honoria. En esta opinión, puedo añadir, soy secundado por Gibbon. Por supuesto, es sólo una conjetura[15].

Atila ahora era un sesentón[16]. Su mente se estaba debilitando y decidió casarse de nuevo ya que se había sentido terriblemente incomprendido las primeras trescientas veces. Así que se casó con Ildico, o Hilda, una hermosa doncella rubia cuyos padres había matado recientemente en la Galia. A la mañana siguiente fue encontrado muerto en la cama. Ildico estaba sentada ahí, mirando fijamente al cadáver y balbuciendo en un idioma desconocido. Cuando le preguntaron si había asesinado a su esposo, continuó farfullando sinsentidos. La dejaron estar y nadie sabe hasta este día qué sucedió durante esa noche de junio. Pudo haber sido una apoplejía[17].

Atila fue enterrado en tres ataúdes, de oro, de plata y de hierro, y en su funeral se dijeron algunos discursos muy bonitos. Los hunos continuaron durante unos años bajo el mando de sus seis hijos favoritos, Ellak, Denghizik, Emnedzar, Uzindar, Geisen y Ernak o Ernie. Continuaron decayendo y finalmente fueron aniquilados por los igures[18].

Como conquistador, Atila fue decepcionante. Desde un inicio, su apariencia estaba en su contra, y su aproximación a los problemas mundiales era extremadamente burda[19]. Nunca pretendió ser más que un canalla, una actitud que no resulta aceptable en un gran personaje de la historia. Le gustaba que lo llamara el Azote de Dios, pero para mí sólo fue el Viejo Ñato. También dijo que donde hubiera pisado su caballo, la hierba no volvería crecer. Sí lo hizo[20]. La vida de Atila enseña que se puede tener éxito durante un tiempo, pero que eso no dura.


[1] Gibbon ha discutido el asunto bastante extensamente, para decirlo con amabilidad.

[2] Marcelo los describió como “animales bípedos, pequeños y lampiños, y aparentemente atados a sus caballos. Incluso dormían apoyados sobre el cuello de sus monturas.” ¿Y le llaman a eso vivir?

[3] Había dos clases de hunos, unos eran los fineses, permianos o ungrios. Los nuestros eran de la otra clase.

[4] Los hunos lucían más imponentes a caballo. ¿Y quién no?

[5] Su idioma parece haber sido menos apropiado que el latín para el desarrollo de las ciencias y las artes. O nos gustan estas cosas o relinchamos como caballos. Las dos no.

[6] Nos cuentan que su madre le dio a luz en un carruaje en movimiento. No es de extrañar que estuviese siempre de un sitio para otro.

[7] Ya no necesitan seguirle la pista a Bleda. No vivió mucho.

[8] Atila tenía el hábito de poner los ojos en blanco. Eso ponía nerviosa a la gente.

[9] A Teodosio II se le conocía como Teodosio el Calígrafo debido a su buena letra. Tales personas también suelen dibujar pájaros.

[10] Después de la muerte de Teodosio II, Pulqueria, su hermana y jefa de las vírgenes, ejecutó a Crisapio, el Gran Eunuco, el hombre de confianza de su hermano. Por alguna razón ella tenía muy mal genio.

[11] Valentiniano ejecutó a Jacinto, el eunuco que le entregó el mensaje de Honoria a Atila. Para esos tipos la vida no era un lecho de rosas.

[12] Entre los presentes se encontraba Ardaric, rey de los gépidos, ahora un firme aliado y un miembro de la plana mayor de Atila.

[13] La Batalla de Châlons no transcurrió en Châlons, sino en Troyes. Naturalmente fue llamada la Batalla de Châlons.

[14] Gibbon habla de “las propuestas indecentes” de Honoria. ¡Pero bueno!

[15] Instigado por su eunuco Heráclito, Valentiniano asesinó a Aecio, que había salvado el país, luego Valentiniano fue asesinado por haber seducido a la mujer de Petronio Máximo, y Heráclito fue encarcelado por comportamiento licencioso. Y ustedes se preguntan por qué cayó Roma.

[16] Lamentablemente no había envejecido bien.

[17] Algunos dicen que simplemente se le reventó un vaso sanguíneo. Ha sucedido antes.

[18] Cuando Atila murió, los gépidos cambiaron de bando de nuevo. Fueron exterminados por los lombardos en el 567 d.C. Esto simplificó un poco las cosas.

[19] Sólo fue un hombrecito feo que iba de acá para allá en su caballito.

[20] Aun así, tuvo algunas ideas bastante brillantes, para ser un huno.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Jajaja, gracvias, Gabriel, por esta maravilla!!!

Cuppy, uno de mis favoritos, sin dudas.

7:34 p. m.  
Blogger Atila el Huno said...

Jajajaja...¡¡Magnífico y Divertido relato!!, y como prueba de mi magnanimidad...recibirá en breve la visita de dos de mis...hombres de confianza Xung Hui "el decapitador" y Hao Khao "el empalador"..que...le darán...algo de mi parte jejejejeje

6:37 p. m.  

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